Es una planta que muestra fuerza, poder, individualidad e independencia mezclada con una gran sensibilidad que se nota cuando se marchita o muere cuando se expone a ambientes y personas llenas de energías negativas.
Psicológica y energéticamente, tanto el aceite de ruda como su aceite floral ayudan a mantenernos protegidos en nuestro espacio físico, psíquico y espiritual.
En un contexto popular, a la ruda se le atribuyen muchas virtudes mágicas, creyendo que es capaz de alejar el mal de ojo, atraer la suerte y quitar malas energías a los recién nacidos.
Su aceite esencial rociado sobre el aura ayuda a reponerlo, limpiándolo de energías negativas y miasmas. Ayuda a la claridad de la visión de los problemas para la toma de decisiones consciente.
Las cetonas presentes en el aceite de ruda tienen uno de los potenciales más altos para combatir hongos, actuando en una dosis muy baja y efectiva. Puede ser útil en hongos de la piel (micosis), uñas (onicomicosis), con uso puro o en gel / crema al 0.5-3%. También se puede propagar/rociar en ambientes contra hongos aéreos que causan alergias y enfermedades respiratorias.
El aceite de ruda es un poderoso repelente, que evita varios parásitos domésticos, como moscas, pulgas, sarna, ácaros, piojos y garrapatas. Se usa en la dosis de 6 gotas para un balde de agua, que se arroja o limpia con esta agua en los lugares infestados. Se puede rociar en ambientes o usarse como gel, crema o spray (1%) sobre la piel para repeler moscas y mosquitos.
También se puede hacer un spray con 1-2% de aceite en alcohol para rociar sobre sábanas y colchones para eliminar los ácaros.
Para su uso en plantas, ya que es muy eficiente contra los pulgones y los insectos escamosos, la dosis es de alrededor del 0,5% (10 gotas por cada 100 ml de agua).